Se llamaba Ambrosbjörn, aunque Erik lo había apodado Raudi, que significaba el Rojo, porque tenía mechones colorados en el pelo. Ambrosbjörn el Rojo tampoco había navegado hasta ese momento, pero ya era hora de que demostrara su linaje. ¿No estaba escrito en las runas que su nombre sería alabado? ¿No decían acaso los más viejos que era nieto de Black Shuck, el perro de Olaf el Valiente? ¿No contaban los bardos en sus poemas que el fantasma de su perrabuelo, abandonado por accidente en las costas inglesas, continuaba ladrando y aullando hasta ese día?