Una editora periodística conoce a un pintor que imita a Rembrandt y vive con él una pasión desbordante. Descubre que los diarios no hablan de lo que verdaderamente importa, ni la Historia se mueve por el dinero o la política sino por el corazón y el sexo. Entonces le encarga a Fernández, veterano cronista de cien batallas, la peligrosa tarea de narrar veinte historias de amor de gente común. Escéptico pero intrigado, el periodista deambula por la ciudad en busca de material para la serie - "Corazones desatados"- destinada a ingenuas ilusiones, pero que se impregna lentamente del sabor amargo de Scott Fitzgerald. El deseo, los celos, el despertar de la sensualidad, el engaño, la euforia de sentirse otro, la clandestinidad, la adicción al amor y la desesperación surgen aquí con un estilo directo y cautivante que simula el testimonio verdadero pero que es, en realidad, literatura pura. "En Corazones desatados los diálogos son admirables, tanto como los personajes que acompañan al protagonista, y las situaciones y sensaciones que se suceden son tan francas y espontáneas que cuesta abandonarlas y dejar de vivir en el genuino mundo de Fernández." Revista Ñ