La argentina Griselda Gambaro se encuentra entre los más relevantes dramaturgos latinoamericanos. Sus obras dramáticas han sido estrenadas en distintos países de América Latina, Estados Unidos y Europa. Ha recibido premios nacionales e internacionales y sus obras han sido traducidas a una decena de lenguas. «Decir sí» y «La malasangre» se estrenaron durante la última dictadura; la primera en 1981 dentro del ciclo Teatro Abierto, que pretendía romper el silencio impuesto por los militares, y la segunda en agosto de 1982, cuando acababa de terminar la Guerra de las Malvinas. Ambas piezas obtuvieron un gran éxito por parte del público y de los críticos, y desde entonces han sido representadas con frecuencia en los escenarios nacionales e internacionales. En «Decir sí» encontramos un patrón frecuente en algunas de las obras de la autora: un hombre inocente llega a un lugar aparentemente inofensivo, una peluquería. Un acto absolutamente rutinario sirve para hablar de represión y violencia, de sumisión y servilismo, de victimización y su resultado. Tras la sencilla historia de «La malasangre» (una pareja de enamorados se fuga ante la oposición del padre de la joven a la relación amorosa) se esconde una denuncia del ejercicio arbitrario del poder, tanto en el espacio privado de la familia como (*CR*)en el socio-político del Estado.