La publicación del Diario filosófico de Hannah Arendt supone una oportunidad única de asistir a la puesta a punto del pensamiento de una pensadora imprescindible. En él, el lector encontrará la trascripción y el comentario de los 29 cuadernos en los que Arendt fue anotando, entre 1950 y 1973, sus reflexiones acerca de los temas más recurrentes de su filosofía. No se trata de un diario íntimo, sino de una suerte de diario de trabajo en el que ella guardaba, no sólo lo pensado sino también apuntes para cursos y conferencias, aforismos, poemas, citas y extractos más o menos largos de las lecturas que le acompañaron durante 23 años y que le sirvieron para entender mejor la realidad de un siglo de guerras, revoluciones y sistemas totalitarios. Como todo diario, también el Diario filosófico de Hannah Arendt es un documento personal, aunque no en el sentido de que se narren en él cosas cotidianas, de que se pongan por escrito conversaciones o vivencias y se describan los «infinitos temples y destemples del interior». La mayoría de las anotaciones que jalonan los cuadernos se concentran en conceptos e ideas, desde las condiciones del filosofar y la relación entre filosofía y política, hasta los intentos de captar la auténtica dimensión de lo político. Arendt reflexiona, desde perspectivas diversas, sobre conceptos clave de su antropología y sobre sus lemas filosóficos más importantes el mal, el totalitarismo, la verdad, la pluralidad, la natalidad, la libertad. El Diario filosófico es sobre todo un movimiento hacia fuera, hacia los amigos y compañeros en el diálogo del pensamiento a través del cual Arendt busca un lugar en el mundo para «situarse en la realidad y oponerse a ella ». Quien conoce la producción literaria de Arendt, descubre relaciones con todos los aspectos de la obra publicada durante su vida y después de su muerte. Para aquellos que no están familiarizados con su obra, la lectura del Diario filosófico supone un buen punto de partida para conocer las preocupaciones fundamentales de la autora y su método de trabajo. En definitiva, este texto, acompañado por un rico aparato crítico elaborado por Ursula Ludz e Ingeborg Nordmann, supone la oportunidad de adentrarse en el taller del filósofo y participar allí de la puesta a punto de su pensamiento. El Diario filosófico será un texto imprescindible para todos los estudiosos de Hannah Arendt y para comprender los principales debates de la filosofía contemporánea.