El vecindario todo está alborotado porque, cada vez que Doña Clementina abre la boca, aquel a quien se dirije se vuelve más chiquito. Como si fuera poco, Macedonio tiene una casa tejida, don Ramón habla con un pez que salió de la canilla y los cabellos de Julia no dejan de crecer... Cuentos donde ocurren cosas tan fantásticas que no se pueden creer.