¿Qué significa estudiar en una universidad pública a fines del siglo XX y comienzos del XXI? Sandra Carli responde a este interrogante desde un punto de vista original que, en lugar de poner el foco en la gran historia de las instituciones educativas de nivel superior, se concentra en la experiencia concreta de los estudiantes que transitan por ellas. La autora examina la nueva cultura institucional que surgió en los noventa y la posterior crisis de 2001, cuando se profundizaron las políticas neoliberales y el país cambió su fisonomía por completo. Para eso, analiza los relatos e itinerarios de los propios estudiantes: su tránsito por las carreras, sus dinámicas de sociabilidad, sus aproximaciones al saber y a la militancia. Asimismo, establece un insoslayable debate con aquellas visiones tradicionales que, desde la Reforma Universitaria de 1918, concibieron al estudiante como un actor protagónico en los procesos de transformación política, y que, con el cambio de siglo, se ha vuelto necesario revisar. A partir de este giro biográfico, que le permite dar cuenta de los imaginarios, las prácticas y los sentidos de la educación superior en los años recientes, Carli brinda un mapa exhaustivo de la universidad pública en tanto observatorio del presente. Desde una mirada que conjuga las ciencias sociales, la historia y la filosofía política, nos propone un abordaje comprensivo de un fenómeno de múltiples y complejas aristas: el del estado actual de la educación, aporte que seguramente contribuirá a vislumbrar los horizontes futuros de la sociedad.