En "Eva Perón. Una biografía política" el prestigioso historiador italiano Loris Zanatta, especialista en historia de América latina y fundamentalmente en peronismo e iglesia argentina, analiza con lucidez y valentía la herencia política que la figura de Eva Perón tuvo para el movimiento justicialista y las encrucijadas que, tras su muerte, debió enfrentar su líder, Juan Domingo Perón. Lejos de la imagen glamorosa y romántica que muchos estudios históricos colaboraron a construir, Zanatta sostiene, por ejemplo, que la relación de Eva con Perón -no era de subordinación ni de dependencia, como muchos se obstinan en afirmar, sino de inevitable y creciente competencia-. Lejos también de la versión canónica sobre la caída de Perón, el autor afirma que -de ninguna manera se trató de que el régimen perdiera fuerza por no contar ya con la presencia de ella, sino que más bien Perón cayó porque había terminado siendo el prisionero de la herencia política que ella le había dejado-. Zanatta analiza un aspecto poco abordado, como es la relación de Evita con la Iglesia Católica, que, según él, funcionó como una barrera de contención para conciliar a la clase obrera con el cristianismo y neutralizar al comunismo en la Argentina. Según él, el peronismo de Evita fue "una religión secular, con sus dogmas y sus devotos", que cuestionó en sus fundamentos más profundos las relaciones entre modernidad y tradición, política y religión, legitimidad popular y democracia.