Después de las exitosas obras Galimberti y López Rega, Marcelo Larraquy reconstruye las historias de ese puñado de hombres y mujeres a los que se reconoce como desaparecidos pero no como soldados, y a quienes la manipulación política dejó afuera del canon de la memoria setentista. Lazarte, un combatiente rebelde, expulsado de la guerrilla montonera, quiere matar a los miembros de la Conducción, a quienes responsabiliza por la desaparición de su hermana durante la dictadura militar. Para cumplir con su plan, necesita ser reincorporado y recuperar la confianza de los dirigentes. Se ofrece entonces para realizar una acción heroica, a la que difícilmente pueda sobrevivir: volver a la Argentina para interferir las emisiones televisivas de los partidos del Mundial '78 y propagar el discurso del comandante montonero Mario Firmenich. Contra todos los pronósticos, Lazarte alcanza su objetivo. De regreso en México, Montoneros lo readmite en sus filas y lo pone al frente de un pelotón de soldados con el que viaja nuevamente al país a cumplir otra misión peligrosa. El pelotón cruza la frontera con identidades fraguadas e intenta sobrevivir en la clandestinidad. Le faltan armas y dinero; algunos soldados desertan, otros desaparecen, pero el grupo tiene objetivos para cumplir, y Lazarte no olvida el suyo. Como ellos, otros combatientes montoneros tomaron las armas y regresaron al país entre 1978 y 1980 para combatir a la dictadura militar, mientras la sociedad festejaba en las calles los triunfos futbolísticos de esos años. Casi ninguno sobrevivió.