Con valentía, Roberto Saviano vuelve a un territorio que conoce bien para dejar un nuevo testimonio: la ciudad de Nápoles, el reino de la camorra, y los chicos que crecen allí lo hacen bajo su influjo. La suya es una novela sobre la realidad, una ficción que se convierte en crónica de la podredumbre cotidiana de una ciudad corrompida, corroída, en la que la sangre se paga con sangre y el destino parece trágicamente escrito en forma de reformatorio, cárcel o tumba; una ciudad que son muchas ciudades, muchas periferias: las de Londres y París, Madrid y Buenos Aires, Nueva York y Ciudad de México, convirtiendo esta novela salvaje y honesta en una rotunda llamada de atención colectiva.