Mar del Plata es poco más que un descampado al comenzar la década de 1880, pero el empuje del gobernador y el entusiasmo de la aristocracia porteña, que ansía contar con un sitio similar a Biarritz, Brighton o Deauville, harán de la pequeña villa un refugio encantador. Violeta Garmendia, recién llegada de Europa, se ve envuelta en un proyecto inesperado: formar parte de la primera gran temporada de verano. Es un acontecimiento social, y el comienzo de una aventura. Corren tiempos agitados. La presidencia de Julio A. Roca ha dado un vuelco a la historia argentina. La crisis financiera que acompaña el gobierno de Miguel Juárez Celman alimenta el espíritu de sublevación. El encono ha nacido entre algunos anarquistas provenientes de Buenos Aires, y así, las temporadas se deslizan en un mar de contrastes entre la vida elegante de algunos y la pobreza de otros. Allí, en los cotillones del Hotel Bristol, los paseos bajo la luna, las tardes en la Rambla y las excursiones que propone el vicepresidente Pellegrini, alma mater de Mar del Plata, la vida pondrá en una encrucijada a Violeta. Dividida entre el pasado que vuelve y un futuro tentador, la joven se debate entre sueños y sensaciones inquietantes. Su hermosura despierta toda clase de sentimientos en los hombres que la rodean, pero su corazón permanece cerrado a cal y canto. ¿Quién tendrá la llave? La canción del mar es una novela mundana y salvaje, reúne la distinción de la aristocracia y la sencillez de la vida de pueblo en un paraje agreste. Gloria V. Casañas nos muestra cómo la villa atlántica se irá convirtiendo, a lo largo de esta historia, en la perla de Sudamérica. Y mientras nos deleita con personajes inolvidables, nos vuelve a demostrar que es una de las mejores escritoras latinoamericanas de hoy.