Aunque ya hay ciertos signos de una leve recuperación, la crisis de 2007-2008 fue histórica. En el breve lapso de dieciocho meses provocó la destrucción del sistema financiero de Estados Unidos y pérdidas que superaron el 20% de su PBI. Además, como consecuencia de ella, el gobierno norteamericano se convirtió en el principal accionista de AIG, Citibank, Bank of America y General Motors, algo impensable hace sólo unos años. Según las estimaciones más recientes, el total de recursos financieros comprometidos por el gobierno para sostener el sistema financiero se aproxima a 13 billones de dólares, lo que representa el 90% del PBI de Estados Unidos. Aunque fueron una de las víctimas de la crisis, a los bancos de Wall Street le corresponde una importante cuota de responsabilidad en su origen. La Era de la Burbuja explica como a lo largo de los últimos 25 años se fueron dando en Estados Unidos una serie de factores que confluyeron en 2007 para crear una "tormenta perfecta" en los mercados financieros globales. Una experiencia de quince años como banquero en las principales firmas de Wall Street y sus reconocidos trabajos como historiador, le dan al autor una perspectiva única sobre la crisis.