La arqueología está sometida, desde hace varios decenios, a profundas tensiones académicas, profesionales, éticas y políticas, resultado de la crisis o el colapso de una determinada forma de concebir esta disciplina. Y aunque en la opinión pública sigue siendo evocadora y atractiva la idea de una arqueología que descubre tesoros o «los orígenes» de un pueblo o una ciudad, y el mito del improbable héroe-explorador que encabeza este trabajo sigue resultando atractivo, pocas disciplinas han luchado y luchan de forma tan intensa por dotarse de una identidad propia como la arqueología. Reinventada en los últimos años como ciencia del patrimonio, la arqueología es hoy una profesión; una forma de gestionar, crear y promover identidades a través del patrimonio; un instrumento para crear productos consumibles en el marco del denominado turismo cultural.
Este completo libro, elaborado por un equipo multidisciplinar de especialistas, propone una reflexión coral sobre las contradiciones y las tensiones a las que está sometida la práctica de una disciplina que aspira a construir nuevas aproximaciones al pasado desde el registro material, modelando la memoria en el presente.