Una chica llamada Ana María emprendió una rara travesía. Quería conocer el ancho mundo. En bicicleta y en menos de un segundo, se encontró en un lugar extraordinario y en una casa sin su propietario. En esa casa, la esperaba un gato que le pidió ayuda de inmediato. Ana María le dio un tazón de leche y un buen plato de atún en escabeche...
Claro que la historia no termina aquí. Cuando el gato la deja sola, Ana María va y viene, por un mundo mágico que cree reconocer antes de dar por terminado su viaje.
Con su inigualable sentido del humor, Adela Basch nos invita, como siempre, a imaginar y a divertirnos con la increíble y rara travesía de una chica llamada Ana María.