¿Tiene el inglés propiedades intrínsecas que lo hagan superior? Hace tiempo que los lingüistas mostraron que esta concepción carece de asidero. En esta obra, el autor interpela las lógicas y las prácticas del campo académico, busca comprender por qué publicar y ser citado en inglés se han convertido en valores cotizados, incluso en detrimento de las ideas.
Esta situación pone en peligro la riqueza y el cosmopolitismo de las ideas, que dependen de la diversidad de tradiciones y, por tanto, de la pluralidad de lenguas y de acentos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando un antropólogo o un sociólogo latinoamericanos deciden escribir directamente en inglés, con sus términos y sus categorías de análisis. Es entonces -como asegura Ortiz-, cuando algo se pierde: experiencias, connotaciones o metáforas que desaparecen o se atenúan cuando se formulan en una lengua que no es la propia.
El autor rechaza, por obvios y limitados, los enfoques que apelan a la noción de imperialismo cultural para explicar esta situación de hegemonía. Así, con una prosa clara y rica en hipótesis, el prestigioso sociólogo brasileño llega a la cuestión de fondo: en un universo que se jacta de valorar la diversidad pero que tiende a establecer jerarquías, es fundamental analizar las condiciones de producción del conocimiento, para que éste no se empobrezca al aceptar la uniformidad de una lengua global.