Muy conciente de la brecha que separa las palabras de las cosas, una escritura que se va haciendo a los empellones, insobornable. Poesía como interrogante irresoluble, como reflexión en acto, inmersa en su esquivo objeto de indagación. Asumir el misterio de lo realmente existente con los ojos abiertos y, en esa tentativa, arriesgarse al peor de los desconsuelos, es la ya larga aventura de la poesía que Miguel Espejo sostiene desde hace décadas y que esta antología resume.