Casi en la apertura de este Seminario, Barthes define lo Neutro como aquello que desbarata el paradigma, es decir aquello que no permite resolver el sentido por el método binario, que no permite pensar tampoco en ninguna superación de oposiciones, en ningún final de proceso o estabilidad de cualidades en tensión. Barthes, que desde sus Elementos de semiología sintió la atracción del binarismo, y así lo confiesa en Roland Barthes por Roland Barthes, rompe ahora con una pasión de la que siempre había desconfiado. Ni masculino ni femenino lo Neutro es, a la vez, una amenaza a todo orden y una utopía tanto espacial como subjetiva. Barthes se confiesa: el deseo de lo Neutro es su propio enigma del que puede adivinar entre las malezas de mí mismo, el antro donde se abre y profundiza. Lo neutro, entonces, como pliegue íntimo y como categoría mayor que desestabiliza todas las categorías y todos los sistemas, lo Neutro como llave maestra. La fatiga y el silencio, que Barthes analiza de modo literalmente exhaustivo, hasta agotar y disolver sus sentidos, son espacios de experimentación de lo Neutro, que esquiva el enunciado afirmativo y, en consecuencia, esquiva la certidumbre de la Opinión y de la Ciencia. Así, lo Neutro es un principio crítico, peligroso y desquiciante, una promesa nunca cumplida de la novedad más radical, aquella que permite liberar al pensamiento de su costumbre y de su condena clasificatoria. Lo Neutro barthesiano se resiste a toda regulación. Por eso, este Seminario es el más sutilmente marcado por la autobiografía personal e intelectual y anuncia la flexión subjetiva del último Seminario sobre la novela. En el Prólogo a esta edición, escribe Nicolás Rosa: Barthes acompaña su literatura con la filosofía, de Kierkegaard a Nietzsche, de Aristóteles a Pascal, una bibliografía irracional sometida al gusto y al placer del lector y no a la convocatoria de la institución. ¿Cuál es el punto a partir del cual se liga la bibliografía? El punto axial del deseo que desbarata todos los otros puntos. ..El deseo no es anexable. La relación con los objetos de lectura es una relación pasional y al mismo tiempo amorosa.