¿Qué es el poder? ¿Cuál es su naturaleza en la Argentina del siglo XXI? ¿Mediante qué mecanismos se construye? ¿Cómo lo acumulan y conservan las corporaciones? ¿Cómo controlan los daños? ¿Qué camino recorren los que mandan? ¿Qué dotes hay que poseer para ser el líder? ¿Cómo equilibran la relación/tensión interna y las negociaciones con otros actores? ¿Qué cambia en las formas de relacionarse -nunca en el fondo- con el paso de un gobierno conformado por políticos a otro compuesto por ejecutivos? ¿Cómo interpelan al resto de la sociedad para que un interés particular aspire a convertirse en el de todos? Empresarios que invierten en el momento adecuado para los tiempos políticos. Obras públicas cartelizadas. Banqueros-instrumento para las fortunas que desaparecen tras la bruma off shore. Banqueros que reclaman seguridad jurídica. Un juez que duerme un expediente. Fiscales que hacen caso omiso de pruebas que perjudican a X y realzan otras que afectan a Y. La familia judicial y los padrinos. Holdings de medios de comunicación que demonizan a funcionarios de cualquiera de los tres poderes o ponderan negocios que nadie vio pero ya tienen dueño. Familiares desperdigados por toda la estructura estatal. Los ejecutivos y la puerta giratoria. Políticos que gruñen en público, pero en privado se someten virtuosamente. Teléfonos pinchados y el espionaje punteril. Un sacerdote que adoctrina desde el púlpito ante la devota mirada de los fieles. Un papa que dispara mensajes, a priori universales, pero que están teledirigidos. Un sindicalista que pega con la izquierda y acumula y recauda con la derecha. El Senado spa y el balneario municipal de Diputados.