Es la última novela que escribiera Fiódor Mijáilovich Dostoievski, y su tema principal es el parricidio, entendido como un símbolo del nihilismo y el ateísmo que comenzaron a difundirse en Rusia a partir de 1860. La obra se plantea, en efecto, como un exasperado debate entre las posiciones de los movimientos socialistas más radicales, que llamaban a la acción directa contra el zar, y el retorno a un cristianismo incorrupto que habitaría en las profundidades del alma rusa.
La traducción directa del ruso, a cargo del profesor Omar Lobos, especialista en Literaturas Eslavas y docente de la Universidad de Buenos Aires, constituye casi una excepción para un libro que, a pesar de su importancia, circula muy a menudo en traducciones de segunda mano, provenientes del francés o el inglés. La edición tiene, además, un estudio introductorio y un vasto cuerpo de notas, realizadas por el mismo Lobos.