En octubre de 2006 muere Héctor Libertella, escritor de culto de la literatura argentina y padre de Mauro Libertella. Cuatro años después el hijo escribe esta novela, que recuerda los últimos días de su padre y también los momentos fundamentales de la relación entre los dos. Mi libro enterrado enhebra así el hilo dorado de un vínculo filial. Como una caja de resonancias en miniatura, es al mismo tiempo una despedida, un réquiem, un homenaje, una canción desesperada y un texto que relata una entrada a la literatura: un libro sobre cómo se escribe un primer libro. Apoyado sobre un puñado de escenas de enorme impacto emocional, el autor genera una identificación instantánea. Ambientada en la Buenos Aires de fin de siglo, se puede leer, sin embargo, como una novela sobre cualquier padre en cualquier ciudad del mundo, dentro de la gran tradición de la literatura de duelo. La critica ha dicho... «Un libro conmovedor, no sólo por los hechos que narra sino por encontrar una voz propia, capaz de narrar esa miseria con una legibi lidad encomiable. Un libro valiente e inolvidable.» Diego Zúñiga «Mauro narra el derrumbe de Héctor, su agonía, su muerte, su velatorio, su entierro, sin crudeza (porque la crudeza supondría efectismo) pero sin opacidad (porque la opacidad supondría afectación). Un registro notablemente auténtico, admirablemente honesto.» Martín Kohan «Un libro conmovedor en el mejor de los sentidos. Un homenaje íntimo, grave, lacónico.» Ignacio Echevarría «Este es un libro sobrio y muy bello, que no podría entenderse como ajuste de cuentas ni como un panegírico. Al momento de describir lo que hay en él, también brillan estas otras palabras, en necesario desorden, plenas, inevitables: nobleza y amor.» Alejandro Zambra