Tras la muerte violenta de un forense mientras trabaja en su laboratorio, Adam Dalgliesh, el detective, poeta y protagonista de las novelas más celebradas de P.D. James, debe hurgar en la intimidad de los científicos vinculados a la víctima por sus tareas, problemas, satisfacciones e incluso celos profesionales. Todos ellos son especialistas en el comportamiento de la muerte: gente preparada para hallar en un cadáver indicios sobre las causas del deceso, para averiguar cuándo y cómo se produjo este, y para desenmascarar a un criminal con un microscopio o un tubo de ensayo. En este caso, sin embargo, el asesino podría hallarse en el mismo laboratorio.