Según Osho, los hombres somos los únicos seres vivos con el privilegio y la capacidad de hacernos preguntas. Vivir sin interrogantes obviamente nos asegura una existencia más tranquila, pero esa paz es una paz muerta, no hay vida en ella. Las religiones nos han arrebatado el interrogante y lo han sustituido por algo muy distinto con el fin de que estemos tranquilos. Pretenden también tener todas las respuestas. Osho se propone destruirlas para que seamos capaces de encontrar nuestra propia pregunta, tan escondida que hemos olvidado que existía. Nacer con una pregunta en el corazón cuestiona de forma radical los sistemas de creencias tradicionales en su dimensión religiosa, política y social, y nos invita a formularnos preguntas que nazcan de nosotros mismos y tengan un significado existencial.