«Guardad vuestro destierro, que ya el suelo no puede dar contento al alma mía, si ya mil vueltas diere, andando, el cielo.» El siglo de Carlos I y de Felipe II también fue el siglo de fray Luis de León, uno de los poetas más relevantes del Renacimiento español y el gran maestro -junto a sus contemporáneos fray Luis de Granada, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz- de la mística española, para los que la poesía debía ser «una comunicación del aliento celestial y divino». El anhelo por lo inmortal y puro del alma, la búsqueda de Dios, los temas morales y el ascetismo recorren sus versos, inspirados por la fe y consumados desde el genio. Su escasa producción fue rescatada por Francisco de Quevedo y publicada por primera vez en 1631. Gracias al poeta conceptista han llegado a nuestros días las poesías extraordinarias de Fray Luis de León, recogidas y debidamente introducidas en esta edición por Álvaro Alonso, profesor titular en la Universidad Complutense de Madrid.