El gran mito de Hamlet, que surge de remotas leyendas, ha dado una vastísima herencia en materia de crítica, filosofía y representación teatral. El libro de Eduardo Rinesi, que ya se ha convertido en un clásico de la filosofía política argentina, es una de esas descendencias, con un fino oído puesto sobre los latidos del texto original para extraerle lo que podríamos considerar una teoría sobre los orígenes del acto político y la conciencia dramática del hombre público. Solo el júbilo por una interpretación capaz de agotar la opacidad de una obra sin quitarle su misterio podría hacer de Política y tragedia un apasionante tratado sobre la tragedia moderna, una teoría de la mirada, una intuición profunda sobre la condición del actor y un estudio sobre los paralelismos que vinculan teatro y ciudad. Rinesi posee un ojo alegórico desplegado para capturar las mínimas partículas de un texto y volcarlo sorprendentemente sobre la espesura conceptual de la historia del pensamiento político. La obra Hamlet
expone un trabajo filológico, hermenéutico y alegremente descifrador para que el mundo imaginario de lo trágico-político vuelva a hablar con los célebres escritos de Maquiavelo y Hobbes, a los que visita la sombra hamletiana para arrebatarles nuevas significaciones.