Discutiendo con ánimo polémico y un gran caudal bibliográfico sobre la formación del mundo moderno, este libro sostiene una utopía de gobierno universal. Con un énfasis argumental cercano al manifiesto, revisa el proceso histórico y las creencias por las cuales la nación moderna se ha convertido en una máquina de guerra, a lo que contrapone la idea kantiana de una sociedad civil mundializada, jurídicamente establecida y munida de nuevos instrumentos políticos cosmopolitas. Un fuerte alegato sobre la paz mundial -fundamentada en los intereses de la razón comunes a toda la humanidad- surge de un amplio itinerario crítico donde se cuestionan los pensamientos que desde Fichte a Samir Amin sustentan un particularismo enconado que recomienda la "desconexión" del flujo productivo mundial del que sin embargo hablaba elogiosamente Marx ya en 1848. La reinterpretación y herencia de esta mundialización le correspondería a una izquierda nueva, que propagara la consigna de una "República de la Tierra", garantía práctica de la democracia, la pacificación y el goce igualitario de los bienes terrenales. "Hegemonía del pensamiento antiestatista neoliberista (sic)? -se pregunta el autor-. ¿Desprestigio del concepto mismo de estado y política debido a la crisis de los estados nacionales? ¿Justificado temor a la repetición de los horrores nazifascistas y stalinistas? Pese al tono decidido y enfático de este ensayo, escribo lo que sigue con estos últimos terrores bien presentes, confiando solamente en que toda ignorancia sobre la materia que trato será inevitablemente reflejada en mi argumentación y en que el libre debate de las ideas corregirá u olvidará el resto."