Tomando como hilo conductor los avatares de un manuscrito que, con el nombre de la mítica ciudad de Samarcanda, contiene las famosas Rubayat del poeta persa Omar Jayyám, Amin Maalouf recrea en esta novela un fascinante y tumultuoso mundo oriental. En el marco de la Persia medieval, desgarrada por profundas contradicciones, dos figuras destacan junto a la del que, además de poeta, fuera astrónomo, geómetra y filósofo: la de Nizam el-Molk, gran visir del sultán Malikxah, y la del misterioso ismailí Hassan Sabbah, fundador de la secta de los Asesinos, que desde su fortaleza de Alamut mantuvo aterrorizado al país.