Veinticuatro años después de la aparición de las Confesiones de un inglés comedor De opio (L 5614), Thomas de Quincey (1785-1859) publicó en 1845, a lo largo de varios números del Blackwoods Edinburgh(*CR*)Magazine, unos textos autobiográficos que, bajo el título de Suspiria de(*CR*)profundis, se proponían continuar la obra anterior. La narración sirve de base para el análisis de esa rara «facultad de soñar espléndidamente» que el opio potencia. Adelantándose intuitivamente a las investigaciones(*CR*)científi cas, De Quincey establece una relación directa entre los(*CR*)sueños, el canal por el cual nos comunicamos con la sombra, y determinadas experiencias de la infancia y de la adolescencia maduradas por la soledad y el sufrimiento. En los sueños cristalizan, junto con lo visto y lo leído, las sensaciones más hondas que llegan al hombre a través de combinaciones de objetos concretos y experiencias compuestas de partes inseparables. Aunque inacabada, esta obra ejerció una gran infl uencia en la literatura posterior, especialmente Sobre Los paraísos artificiales de Charles Baudelaire.