"La madre, al menos en la poesía argentina, tiene espaciosa y bien amueblada residencia."
Así introduce María Elena Walsh esta nutrida selección, que reúne las voces de más de sesenta poetas argentinos en versos dedicados a la figura materna, desde el legendario José Betinoti con su "Pobre mi madre querida", pasando por los épicos Olegario Andrade, Carlos Guido y Spano y José Hernández, clásicos del siglo XX como Macedonio Fernández, Baldomero Fernández Moreno, Enrique Banchs, Alfonsina Storni, José Pedroni, Almafuerte, Olga Orozco, Manuel J. Castilla, Luis Franco, Roberto Juarroz, Enrique Molina y la propia antóloga, y algunos poemas anónimos. Todo un abanico de evocaciones que coinciden en general en una imagen de la madre ama de casa, abnegada, protectora, que alimenta, consuela y siempre está. Y si la mayoría de los poemas son elegíacos, es porque no dejan de revelar una inconjurable sensación de abandono ante la desaparición física de aquella.
Así reseña María Elena Walsh el espíritu de esta obra: "Muchos hijos hallarán expresadas aquí secretas vivencias: para eso están los poetas, para ayudarnos a suspirar. Las madres lectoras sabrán encontrar, más allá de cierto monocorde dramatismo, el único homenaje digno de tal nombre: el que se rinde a través de la belleza. Podrán adueñarse del profundo y a veces balbuceante o desesperado amor de estos hijos que pretendieron inmortalizarlas escribiendo entre todos un largo poema conmovedor".