Este último libro de Javier del Prado nace en contraposición y como continuación, al mismo tiempo, del anterior, el Libro de la negaciones. Un universo imaginario dominado por la presencia del mar, aunque en Las negaciones esta presencia sólo fuera parcial y sirviera de contrapunto material a la negación de las herencias (antropológicas, históricas, ideológicas, sociales y familiares) recibidas.En A la sombra del mar el universo marino, real e imaginario, domina todo el vivir y el quehacer del poeta. De él, nace una voz que, en ocasiones, es eco de este universo y, de vez en cuando, lo atraviesa, en trueno y fulgor, para afirmar la convicción de un renacer pagano, inmanente pero con voluntad o añoranza de trascendencia. Este renacer comulga más con la presencia de ese mar invasivo, materia cósmica en continuo movimiento musical que con la herencia cultural recibida, Historia y Sociedad, a punto de desaparecer. Dos espacios se elevan como excepciones en este paganismo emergente: la creación artística, en especial la ligada a la música y a la poesía, en lo que ésta tiene de musical, como intento de musicar el pensamiento, y la vida agrícola en el pago -recuperando la raíz de la palabra paganismo.