Hoy en día no es casual hablar del papel que tienen las emociones en nuestro cuerpo, mente y modo de comunicarnos. Siempre fue una preocupación y ocupación de muchos investigadores, que deviene en una profusa bibliografía desde la psicología, filosofía, sociología, neurociencias, entre otros, que analizan las mismas y el modo de gestionarlas. Las emociones estuvieron presentes siempre en el pensamiento del hombre, por lo que no escaparon a la suspicaz mirada filosófica de Aristóteles, ni a las investigaciones que vienen desde Darwin a Goleman, pasando por Kant, Nietzsche, Ekman, entre otros. Por tanto, es atrevido que pretenda hablar de ellas desde un punto de vista científico.Partiendo de ello, y, siendo consciente, que las emociones nos permiten adaptarnos a los momentos, situaciones, personas con las que interactuamos, me adentré a este derrotero de exponerlas desde la simpleza de la mirada cotidiana. Entre estas páginas se esconden las emociones de ese día a día, atravesadas por metáforas, que buscan impulsar al movimiento, a seguir el camino, aun, cuando todo parece perecer.Las emociones no son buenas ni malas, quizás, pueden ser oportunas o no. Pero, ellas siempre dejan algún aprendizaje y todo aprendizaje trae crecimiento. De allí, este texto, está pensado para que te encuentres con otros que somos sorprendidos por emociones al igual que tú, para que tengas presente que no estás solo, que todo tiene una salida y que tú, yo, todos, podemos sentirnos atravesados por emociones y que es parte de la vidaEMOCIONAR-TE ES SANO, GESTIONARLAS ES SER INTELIGENTE.