Tras unos inicios como diseñador de grabados para el editor Hieronymus Cock, Bruegel produjo numerosas series de litografías que se distribuyeron por toda Europa. En ellas ilustraba vicios y virtudes junto a alegres fiestas en los pueblos y magníficos paisajes panorámicos. Con el tiempo fue volcándose cada vez más en la pintura, realizando encargos para la élite cultural de Amberes y Bruselas.