"Cantata de los Diablos" es una novela estructurada con rigor musical. El relato es conducido por tres voces, identificables por corresponder a las tres personas del singular: la primera es confidencial y trágica, la segunda farsesca y la tercera simbólica; corresponden a tres dimensiones: conciencia, acontecer e ilusión. Esas voces se trenzan, multiplicando ideas y episodios. La obra avanza con nudos y descansos, estremecimientos, mística y humorismo, desde una especie de allegretto hasta un clima arrollador. La riqueza mostrada en "La Cruz Invertida", aquí se acrecienta: nombres, situaciones, paralelismos y anécdotas apuntalan ideas, temores, esperanzas y principios que mantienen la curiosidad y el suspenso. La novela reúne sus materiales en una culminante unidad, donde cada uno de sus movimientos demuestra el sentido de parte necesaria. Cantata de los Diablos pinta con fuerza magistral el patriotismo ingenuo, el desdoblamiento del hombre, la estafa, el mesianismo, la esclavitud ideológica y el imperativo de continuar soplando brasas para que el fuego no se extinga.