A pesar de las restricciones que se imponen a periodistas e investigadores para ingresar en las cárceles, Eduardo Anguita y Daniel C ecchini se propusieron y lograron restituir las voces de quienes viven allí. Los cronistas se meten, desde un lugar diferente, en un debate que está al tope de la agenda social, lo que muchos simplifican como "inseguridad". Estas páginas invitan a preguntarnos si las prisiones son para seguridad, si pueden rehabilitar o si no constituyen, en realidad, ve rdaderos depósitos de personas. En Cárceles cuentan sus vidas seres humanos que están privados de libertad pero que, más tarde o más temprano, tal vez viajarán en el tren o en el colectivo junto a nosotros.