El señor y la señora Conejo dejan a sus veinte hijitos en compañía de la abuela Conejo. Pero la abuela es muy despistada y los confunde. Entonces piensa en ponerle una etiqueta a cada uno con las características que los distinguen. Pero un viento fuerte despega las etiquetas y la abuela no sabe quién es quién. Hace pruebas para reconocerlos, pero sus nietos no responden según lo esperado. Al regreso de los señores Conejo, la abuela se va llevándose en la espalda, sin saberlo, veinte etiquetas que dicen: La abuela preferida.