«Pasa algo muy especial con los cuentos de Quiroga y es que nunca se agota el interés que despiertan. A diferencia de otros autores clásicos que se leen en determinado momento de la vida, Horacio Quiroga acompaña al lector en todas sus edades.» Sergio Olguín Como una extensión de su propia vida, la obra de Horacio Quiroga es desmesurada, turbulenta, inquietante como pocas. En sus relatos siempre reverbera ese pulso enrarecido que, como el insecto misterioso y letal de "El almohadón de pluma", termina carcomiendo todo. Cuentos de amor de locura y de muerte (1917) esconde en su título una de las claves para su lectura. Esa coma elidida es la marca con la que Quiroga sentencia su literatura, en la que las pasiones y el horror, los afectos y los tormentos, se entrelazan hasta confundirse en un nudo que amenaza con dejarnos sin aire.