Culpables. Proyecto de país vs. modelo de colonia
La Argentina transita una encrucijada cuya salida signará los destinos del país por muchas décadas. Sumida en una profunda crisis económica y social que remite a lo peor del pasado, sometida nuevamente a las recetas de los organismos financieros internacionales, alineada irracionalmente a la política exterior de los Estados Unidos con una obstinación nunca vista antes, mientras abandona la región, demolida institucionalmente por el vaciamiento de organismos dependientes del Estado (como los dedicados a salud, educación, cultura, ciencia y tecnología, entre otros) y el violentamiento de otros (la justicia, la seguridad, los derechos humanos) la sociedad argentina debe decidir. Ratifica el rumbo destructivo inaugurado en 2015 bajo la bandera del cambio o respalda la recuperación de las herramientas necesarias para la reconstrucción del país.
Sería un error adjudicar exclusivamente al PRO, a la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica el éxito por tan catastróficos resultados, logrados a una inesperada velocidad. Muchos traidores provenientes de los partidos populares, apropiadores de los colores, las banderas y las reivindicaciones del campo nacional y popular que dieron la espalda a los contratos electorales mediante los cuales las mayorías les legaron su representación, fueron partícipes necesarios del desastre. También los medios masivos de comunicación, que han sido dos veces cómplices, primero vendiendo la estafa del cambio, luego escamoteando sus nefastas consecuencias; y que por último se aprestan todavía a darles el barniz de reconstructores del país a los destructores.
De la necesidad de desentrañar este juego de máscaras surge Culpables. Prontuario II. En esta incisiva investigación sobre las bambalinas y los pasillos menos transitados de la política, Gustavo Campana retoma el sendero recorrido por el primer Prontuario, que reveló cómo gran parte de los actores principales de la política nacional fueron funcionales al avance del programa de Mauricio Macri en sus primeros dos años. Culpables completa entonces ese recorrido hasta la actualidad en que muchos de ellos se muestran fervientes opositores.
Pero otra política es posible. La hubo. Y existe. Demonizada, desoída, perseguida y en minoría, hasta ahora. En las bancas y también en la cárcel injusta; en sindicatos, en organizaciones sociales, en dirigentes que honran una historia de lucha, resistiendo. Allí radica la esperanza.
La política es el gran enemigo del programa neoliberal: es donde se puede desafiar una visión que intenta presentarse como natural y científica a la vez, pero que es simplemente la ideología del dinero. (Del prólogo de Amado Boudou)