La tumba no siempre es el final de una vida. Muchas veces, recién en esa instancia comienzan las más extrañas aventuras, nuevas historias que reflejan las tragicómicas e impredecibles conductas humanas. Estos trayectos póstumos son la continuación de odios, afectos y arbitrariedades. Tumbas sin descanso cuenta esas historias. Desde la venta de momias como panacea contra enfermedades, el uso de corazones de príncipes como pigmento y el cráneo de Descartes exhibido en un museo, hasta los intentos por robar el cadáver de Lincoln junto al extraño periplo del supuesto cuerpo de su asesino que fue lucido en circos y teatros, y la cabeza desaparecida de Pancho Villa. Todas obsesiones por adueñarse del poder que emanan los muertos ilustres. Atraviesan estas aventuras los nombres de Voltaire, Colón, Belgrano, San Martín, Perón, Julio César, Lenin, Carlomagno, Alejandro el Grande, Mussolini y Paine, entre otros. Tumbas sin descanso relata las inquietantes historias de perturbación durante el reposo, producto de amores y pasiones enfermizas. Acaso el cerebro de Einstein seguirá flotando en formol, en una lata de sidra, hasta que alguien descubra sus secretos.