Arquetipo del cortesano, tal como lo describiera su contemporáneo Baltasar de Castiglione, Garcilaso de la Vega, típica figura renacentista, fue tanto soldado como poeta. La selección de su obra que presentamos, Égolas y poemas, incluye la primera y tercera égolas, la canción quinta "A la flor de guindo" y muchos de sus sonetos.
Gonzalo Aguilar, profesor e investigador que tuvo a su cargo esta edición, nos acerca, en la introducción, a la vida del autor -entretejida por los amores, las armas y las letras-, y a las escenas de la corte en el siglo del esplendor español. El PÓSLOGO refiere al Renacimiento y desarrolla el "programa poético" de Garcilaso enfatizando el modo en que las églogas renuevan, aluden y recrean tópicos, pasajes y versos de poetas que lo precedieron. Este tramado intertextual -que retoma las bucólicas de Virgilio, o incorpora con magistral habilidad, por primera vez en los sonetos, el endecasílabo importado de Italia por Juan Boscán producirá efectos renovadores en la poesía castellana.
Las PROPUESTAS que cierran la edición apelan a estas consideraciones y aluden a la recreación de mitos -como el de Orfeo- y a la revaloración de los tópicos de la Antigüedad: el beatus ille (feliz aquel) y el locus amoenus (lugar ameno), entre otros. A su vez, proponen descubrir, a través de la lectura en voz alta, la musicalidad y fluidez de las composiciones de Garcilaso con las que nace "el gran lenguaje de amor castellano", como afirmó el poeta español Pedro Salinas.