En los últimos años vivir en el Norte se ha convertido en un deporte extremo. Regresar a casa por la noche sin tener que arriesgarse a ser levantado, verse atrapado en un fuego cruzado, o encontrarse con un cuerpo desmembrado en la acera de enfrente requiere de cierta dosis de buena suerte. En El karma de vivir al norte, Carlos Velázquez describe, en calidad de testigo privilegiado, a veces con fascinación, otras con humor, y casi siempre con horror, lo que significa vivir en una de las ciudades más peligrosas del orbe. Se convierte en observador y partícipe de los bajos fondos más violentos y sórdidos, escandalizado pero también conmocionado por la omnipotencia y los excesos que definen a los distintos grupos criminales. Al mismo tiempo, esta crónica retrata las dificultades que implica ser un padre que se pregunta cómo alejar y proteger a su hija pequeña de la carnicería cotidiana. Este libro se erige como un mordaz testimonio. Con la ironía y la potencia narrativa características de la escritura de Velázquez, el lector se adentrará en un delirante viaje por el corazón de este agreste territorio, que va desde una iniciática odisea norteña a bordo de un tren repleto de criminales, pasando por un angustiante recorrido en taxi con su hija dormida en el regazo mientras el conductor lo extorsiona, hasta encontrar a un díler fornicando en la oficina donde despacha a sus clientes, historias todas atravesadas por una especie de sino milenario, karmático, que ha transformado por completo la vida de los habitantes de esta caótica y fascinante región del norte de México.