Verdadero icono de la novela policíaca japonesa, la celebridad de Edogawa Rampo se extendió también fuera de su país. Publicado el año 1934, este libro no sólo es una de sus obras más emblemáticas, sino también un claro ejemplo de la figura del investigador entendido como gran maestro de la deducción y de la lógica, en la línea del Auguste Dupin de Poe y el Sherlock Holmes de Conan Doyle. Pero el talento de Rampo fue aún más allá y, bajo la influencia del pulp estadounidense, combinó como nadie la tradición del género con una acción trepidante, por momentos extrema, y siempre aderezada con un sentido del humor que sedujo a miles de lectores y convirtió este black en un fenómeno auténticamente popular.