«La escena quedó inmóvil. Nadie se movía ni casi respiraba, solo el delgado y frío viento patagónico iba de una cara a la otra y jugaba con plumas y sombreros de indios y blancos.» En medio de la naturaleza indómita del extremo sur del continente americano, los personajes de estos relatos salen al encuentro de su destino. Es un espacio marcado por la soledad salvaje donde marineros, presidiarios, colonos, náufragos y buscadores de oro viven los desafíos que les proponen los mares y las tierras del fin del mundo. Las narraciones recorren un extenso arco temporal que va de la mitad del siglo XIX a la época actual. Pero la tierra es una sola, y parece detenida en el tiempo, como si en ella se preservara el espesor histórico de varios siglos, de igual manera que un iceberg puede guardar intacta una huella de cientos de años atrás. En estos cuentos, enraizados en la gran tradición literaria del Río de la Plata y en los que se escuchan los ecos de Mark Twain y Jack London, Sylvia Iparraguirre muestra el esplendor del oficio de narrar deslumbrando al lector con diez piezas de inusitada belleza que dialogan con nuestro territorio y nuestra historia.