El Palacio de los Sueños es uno de los logros narrativos de Kadaré más perfectos e inquietantes, seguramente su mejor alegoría del poder totalitario y la novela que le colocó en posición de mayor riesgo al ser publicada en 1981. Los paralelismos entre la capital del imperio en que se desarrolla la novela, un estado despótico e implacable, obsesionado por el control del comportamiento y las conciencias de sus ciudadanos, y la Tirana de entonces, son múltiples. La novela fue condenada al silencio durante los siete años posteriores a su escritura. Es probablemente la más agria y violenta denuncia literaria de Kadaré contra el régimen burocrático-despótico que culmina el experimento socialista en su país.