"Las páginas de este libro componen una especie de autobiografía mental. Así las escribí, esto es, tratando de esclarecer la posición en que me hallaba en el mundo en que me toca vivir, y de saber también cómo gira este particular mundo", afirma Héctor A. Murena en la advertencia a la primera edición de 'El pecado original de América' publicado hace más de cincuenta años. Alejado de las perspectivas sociológicas y cientificistas, en este ensayo Murena reflexiona sobre los orígenes, e indaga las razones que dan cuenta de la fractura histórica de los pueblos americanos.
El libro se completa con otros artículos que se integran a la cuestión central del ensayo. "Los parricidas: Edgar Allan Poe" expone los peligros de continuar interpretando América a partir de una clave europea. "El acoso de la soledad" plantea la importancia de enfrentar la soledad y abandonar el refugio que brinda la nostalgia en el pasado para alcanzar un arte nacional. En "El sacrificio del intelecto" se ocupa de Horacio Quiroga y Roberto Arlt; en "La lección a los desposeídos: Martínez Estrada" valoriza la obra del escritor para el surgimiento de la conciencia de América y en "La pugna contra el silencio: Florencio Sánchez" examina la relación del artista y el público.
Como apéndice de este volumen se encuentra el artículo "Reflexiones sobre el pecado original de América", publicado en 1948 a partir de la lectura de 'Sarmiento' de Ezequiel Martínez Estrada, en el cual Murena presenta un esbozo de las tesis que luego desarrolló en 'El pecado original de América' en 1954. De este modo, desde una perspectiva inusualmente apasionada y singular, Murena compone los fundamentos de las circunstancias latinoamericanas.