Un peregrino salva a un cachorro que fue arrojado a las aguas del Tiberíades. Con ayuda de la lavandera, este hombre le da un nombre: Miga de León. A partir de entonces, el perro y el peregrino van juntos: comparten el pan, la alegría y el miedo. Detrás de su padre camina Miga de León y huele el amor, la devoción y la traición de los hombres. El perro llevará al lector hasta el pie del madero, allí donde termina y comienza esta historia de un amor sin condiciones.