El Principito vive en un asteroide muy pequeño y un buen día decide viajar para conocer otros planetas. En su recorrido conoce a personajes singulares, como el rey, el farolero, el hombre de negocios, el geógrafo, etc., hasta que llega a la Tierra. Allí se topa con un piloto cuyo avión ha sufrido un accidente en medio del desierto.
Es una historia que destila añoranza por la infancia perdida, por la mirada inocente y limpia de los niños, por la simplicidad de las cosas frente a la codicia, el ansia de poder y el desmedido instinto de posesión de los adultos. Porque, como aprende el principito en este viaje, hay que mirar con el corazón, ya que lo esencial es invisible para los ojos.