Es verdad que el rock nativo partió de motivos y temas que le proveyó su padre anglosajón. También es cierto que el tiempo de la imitación fue corto y que, ya en sus inicios, buscó formas propias de expresarse. Ahora, tras más de treinta y cinco años, no es poco lo que ha aportado y lo que descubrió para sí mismo y para otros géneros. Además, tanto su grado de "independencia" como su versatilidad y capacidad de cambio resultan elocuentes. De allí que esta antología no sólo pretenda acercar una serie de letras para que el lector pueda reconstruirlas con el recuerdo de sus melodías, sino también detenerse para establecer todo tipo de relaciones y advertir cuestiones que tantas veces encubre su sola audición. A partir de estas convicciones, el estudio que completa la edición se pregunta y busca respuestas acerca de sus temas recurrentes, de las asociaciones y préstamos con otras especies culturales, de su particular uso de la lengua y sus inflexiones y marcas características. La decisión de presentar esta antología por orden cronológico colabora aún más con el análisis, la investigación y la polémica, toda vez que permite ver, como en un friso, reincidencias y reelaboraciones temáticas e incluso contrapuntos y refutaciones.