La fiesta que da inicio a las vacaciones parece salida de una peli: una casa enorme y un montón de chicos disfrutando del último verano antes de ir a la universidad. Lana prefería no salir, quedarse con sus ilustraciones. Pero Ciro -el blogger anónimo del momento y su mejor amigo- la ha arrastrado hasta allí porque dice que es donde está la emoción. Y no se equivoca: en la fiesta, Lana conoce a un chico con el que se siente inesperadamente cómoda; la anfitriona tiene un ataque de celos con su novio; y Julia -la mejor amiga de Lana- no llega nunca al lugar porque en el camino se cruza con un perfecto desconocido con el que pasa la noche. El problema es que esos tres chicos (el interesante, el infiel y el perfecto desconocido) son la misma persona: Jacobo Casanova. Y aunque Lana lo evite, su mundo y el de Jac parecen destinados a colisionar una y otra vez en ese juego sin sentido al que algunos llaman amor.