Sin lugar a dudas, cerrando los ojos y poniendo un poco de voluntad, todos somos capaces de evadirnos escuchando sonidos, simplemente, porque la vibración es una fuente primitiva de vida.
En ocasiones, las melodías proceden de un instrumento construido a partir de elementos cedidos por la Madre Naturaleza. A veces, el productor del sonido es elaborado de forma totalmente artificial a través de la moderna informática. Por otro lado, una antigua tradición afirma que el Universo nos canta a cada nuevo día. Los sonidos nos ayudan a convivir con ese todo invisible que nos rodea. Pero si, además, el sonido procede de un elemento sagrado como puede ser un gong, una campana o un cuenco tibetano, la fuerza es todavía mayor.
Trabajando y conociendo elementos como los mencionados, iremos viendo, a través de las páginas de este libro, las grandes ventajas que supone el sonido. Aprenderemos a relajarnos, a rebajar las tensiones, a enardecer ciertos sentidos y a despertar la parte dormida de nuestro subconsciente que contiene un gran poder energético y que todos llevamos dentro.
Mediante la simple lectura y práctica de los ejercicios descritos en esta obra, veremos que podemos proyectarnos más allá de nuestra conciencia, lograr sueños agradables y encauzar de forma correcta una meditación o visualización. Pero también aprenderemos a limpiar y purificar un ambiente enrarecido después de una discusión, sabremos de qué forma tenemos que energetizar una casa, un templo o un espacio para que luego éste sea sagrado.