Una hermandad secreta: La simbología y la numerología del Tarot se fusionan con el arte inigualable del Tango. Dos mundos dan vida a un nuevo Universo. Donde El Mago se entremezcla con Carlos Gardel y El Loco con Astor Piazzolla
Donde se nos aparece un tango como Cambalache cuando miramos El Mundo, y Pugliese ratifica su condición eterna de ángel protector. Tango y Tarot, con raíces comunes en los bajos fondos y fama maleva, desembocan en la expresión de una filosofía basada en nuestra imprescindible relación con la belleza. El Tarot en sus inicios fue usado como baraja de juego. Y fue en el siglo XIX cuando adquirió la dignidad de «espejo del alma», capaz de resolver dudas y preguntas. Para la misma época nace el Tango en los prostíbulos de Buenos Aires y Montevideo, y se expandirá luego por el mundo entero como canto y baile de las incertidumbres del alma humana. Hermanados en sus desarrollos como artes de la relación, quien practica Tarot o Tango termina descubriendo que ambos son auténticos caminos de vida.