Jack Stapleton y Laurie por fin se han casado después de años de noviazgo y de trabajar juntos. Ambos son doctores forenses en la ciudad de Nueva York. Jack, a pesar de haber cumplido 52 años y de las protestas de Laurie, sigue con el mismo ritmo altísimo de ejercicio físico. Va a trabajar en bicicleta y juega a baloncesto casi cada noche con los amigos del barrio, hasta que un día sufre una caída en la cancha y se lesiona una rodilla. Le recomiendan que ha de esperar antes de operarse, pero Jack se impacienta; para él lo más importante es volver a jugar cuanto antes y consigue que un especialista le opere sin más demora en un nuevo centro hospitalario privado que han abierto en la ciudad. Angela Dawson, es la CEO de esta nueva clínica hospitalaria, «Angels Healthcare». Licenciada en medicina, decidió cambiar de rumbo y estudiar ciencias empresariales tras sufrir muchos problemas económicos debidos a los retrasos en los pagos de las mutuas. Actualmente, con 37 años, su empresa ya ha inaugurado tres clínicas en Nueva York y tiene grandes planes de expansión. En este momento la empresa está a punto de cotizar en bolsa, lo que proporcionará aun más dinero a todos los implicados. Sin embargo, desde hace muy poco algo ha comenzado a ir mal en el complejo hospitalario. Una serie de personas operadas en estas tres clínicas de Angels Healthcare han muerto repentinamente por infecciones bacterianas - recordemos que cada vez más las bacterias son la causa de graves infecciones, e incluso la muerte, de pacientes ingresados en hospitales-. Y hay algo aun más extraño: todos fallecieron en las 24 horas posteriores a la intervención. Después de llevar a cabo la autopsia de un par de estos casos, Laurie empieza a sospechar. Sus investigaciones le llevan a descubrir varias muertes más de pacientes de estas clínicas, y un dato que le consterna todavía más: las clínicas han tomado todas las medidas posibles para erradicar estas infecciones pero inexplicablemente las bacterias vuelven