Una mañana, un camión se detiene frente a la puerta de la casa de Lara, que vive con su mamá. Lo que ese camión trae es un televisor nuevo. La madre queda cautivada por la programación; mientras, el tiempo transcurre sin que ella se despegue de la pantalla. Sin embargo, la niña encuentra en la caja del televisor un entretenimiento perfecto: crea, imagina, convierte la caja en una máquina del tiempo e invita a su madre a compartir un viaje en el que ambas volverán a vincularse a través del juego. Y hasta se irán de viaje a conocer la vida en la época de la colonia